Se dice que la tradición del pastel de bodas nació en la antigua Roma, que no inventarían estos romanos... El caso es que empezó como una práctica inusual y acabó convirtiéndose en una tradición. Se le colocaba un pan a la novia sobre la cabeza y se rompía sobre ella como símbolo de fertilidad. Los invitados debían recoger las migas del pan porque se consideraba que daban suerte.
En el siglo XII en Inglaterra la tradición evolucionó y los invitados a las bodas tenían que llevar pequeños pastelitos que iban amontonando en hasta tener una torre lo más alta posible. Los novios se tenían que besar sobre el pastel y después repartían porciones a los invitados. Pero los pastelitos apilados no tenían suficiente estabilidad y así nació el pastel de estilo nupcial que hoy conocemos, por eso los pisos y piso de pastel!
Lo que está claro es que esta tradición tiene como fin repartir un trozo de pastel entre los invitados para brindar y compartir la felicidad de los novios.
Hoy en día esisten mil colores y sabores para el pastel nupcial pero originalmente eran blancos o de color marfil.
Y con estas ganas de pastel os dejo por hoy.. ¿podréis soportar no ir a por algo dulce a la cocina?
¡Feliz Miércoles!
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